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viernes, 22 de julio de 2016

Cabo de Gata



Me sorprendió gratamente el Cabo de Gata. Quizás porque esperaba una tierra tan triste como yerma, unas playas más que normales…, con su común arena y su ondulante agua.
 ¡Cierto! ¿Quién no ha oído hablar del Cabo de Gata? ¿Cómo puedo no haber llevado unas mínimas expectativas? No lo sé. Pero allí me planté, a ver a mis primos y a su familia. Y lo cierto es que las primeras sensaciones, las primeras impresiones…, estuvieron a la altura de mis expectativas. ¿He escrito altura? Quise decir bajura.



Un mar de plástico. Entre kilómetros de seco y casi improductivo terreno aparecen grandes extensiones de plásticos, también llamados invernaderos. Y a la llamada del trabajo;  precario, por lo mal pagado, que genera ese tipo de cultivo, mucho emigrante. Malviviendo en ocasiones en muy malas condiciones, se pelean por un techo, y a veces hasta ocupan y destrozan sin necesidad, hogares de personas que al llegar en agosto a disfrutar de un merecido descanso, se encuentran con un panorama desolador en sus casas. Lo curioso, sorprendente y …, no sé si quizás también avergonzante de tanto invernadero, es que es una de las pocas construcciones del hombre que se pueden ver desde el espacio, especialmente los de El Ejido.
Pero como he contado, me sorprendió gratamente. Quería conocer sus playas, y me cautivaron, quería contemplar sus puestas de sol, y me hechizaron. Bañarte en sus aguas, es sumergirte en un documental de fondos marinos, sorprende la cantidad de flora y fauna que abunda tan cerca de la orilla. El agua, fresca que no fría, te acoge como el mejor anfitrión. Sin moverte mucho, puedes elegir entre playas de arena o de piedra, y en función del capricho del viento, en las playas de levante puedes encontrarte un mar crispado, molesto, revoltoso, mientras que en el mismo momento, en las playas de poniente, el mediterráneo te recibe convertido en una balsa de aceite, tranquilo, calmado, relajado.
Por supuesto, el Cabo de Gata es más que playas. También es gastronomía, también es deporte, también es historia…, pero todo eso ya será en otro momento.

miércoles, 14 de enero de 2015

El Mágico Ocaso del Sol.

El zumbido grave de una vibración, acompaña al bombo en una música que comienza a sonar. Mientras unas palmadas, agudas y difuminadas, acompañan su martilleo, su repetitivo ritmo, envuelve las paredes del baño; abriéndose paso entre el espeso calor generado por un calefactor.


Las ondas musicales me envuelven en un hipnótico canto, que sin apreciarlo, me hace volar a un mundo sólo existente en mi imaginario. Mientras me voy quitando la ropa, mi mente vuela, transportada por la música, a un estado de ligereza y tranquilidad, donde el sufrimiento y el dolor, la tristeza y el sinsabor; desaparecen, como sombras ante el sol.



Cierro la mampara de la ducha, mientras contemplo cómo al cerrarla, desaparece ante mí, el salvapantallas del portátil, que cansado de esperar la actividad de mis dedos sobre su superficie, comienza a generar figuras aleatorias.


Mientras el agua templada empapa mi cuerpo salado por el sudor; permanece en mi retina la última figura que generaba el salvapantallas. El remolino infinito, que revoloteaba por la pantalla segundos antes, se muestra ahora en mi sueño, hipnótico, con un magnetismo que completa ahora el hechizo, que el sugestivo martilleo de la música inició breves minutos antes.

De repente me encuentro en una sala de fiesta, donde suena el tema de Paul van Dyk. Llega el momento en que el progresivo martilleo cesa, arrodillado ante el cambio en la vibración, que evoluciona hacia una melodía cautivadora, como salida de un canto de sirenas; que te transporta a otro estado, más relajante y embriagador.

Mi cuerpo comienza a saltar, de una manera suave, casi imperceptible; mientras que mis brazos, casi levantados y flexionados, acompañan el movimiento; sincronizándose con la leve agitación que se genera en mi cuerpo.

Una portentosa energía, comienza a despertarse en mi adentro, casi tan reconstituyente, como poderosa.


Poco a poco me introduzco en un sueño, donde aparecen unas sombras que no bailan, ondulan..., se mecen acompañando al sonido. Sin rastro de vergüenza o temor, comienzan a salir de la oscuridad, tomando forma en adolescentes sudorosos, que a pesar del estado de embelesamiento en el que se encuentran, poco a poco van tomando conciencia de mi presencia. Aunque la música es constante y progresiva, y te embriaga hasta la pérdida de lucidez, algunos comienzan a mirarme con cierta divertida extrañeza.
Tras un día, totalmente cubierto por espesas nubes negras, un claro deja ver el sol, los rayos del cual, comienzan a entrar de manera horizontal por las ventanas. 


Como agotado, nuestro astro rey va perdiendo vigor y luminosidad, a medida que se va acercando a su refugio tras las montañas. Es, por mostrarse sólo durante unos instantes cada tarde, una luz especial. Con un tono anaranjado, el sol me va mostrando los rostros antes sombras, que emergen ante la poniente estrella. Es tiempo de magia y misterio, momento sugestivo y seductor, que da paso a la eterna noche.
Completamente sedados, acudimos todos atraídos ante las ventanas, para contemplar el ocaso del sol, el fin de la infinita luz, el comienzo del mundo de las sombras que da paso a la oscuridad. Momento de frío, comienzo de inseguridad, sentimiento lógico en nosotros, debido a la pobre adaptación que el ser humano ha desarrollado en su evolución, ante el frío y la escasez de iluminación.


Ya naranja, y sin fuerza para molestar a nuestras retinas, cae el sol tras las montañas, como cansado, como perezoso. Pero aunque parece agotado, la noche aun no puede con él. Un último coletazo inunda de color el horizonte tras las montañas. Emulando un arco iris, los últimos rayos de sol dan paso a la noche, con un despliegue de color pocas veces visto.















lunes, 27 de enero de 2014

Embalse de Arroyofrío

El Parque Natural de los Calares del Río Mundo y de la Sima, abastece de agua a la antigua comarca de la Sierra de Alcaraz. Los distintos parajes que forman el parque natural, cuentan con una enorme variedad de flora y fauna, con algunas especies en peligro de extinción.
El elemento estrella de la zona es el agua, recogida en El Calar, donde va almacenándose, para luego salir por innumerables lugares, creando fuentes, arroyos y ríos.
El embalse de Arroyofrío, se crea, de manera artificial, para recoger el agua que sale del calar, formando un arroyo conocido como río Frío, el cuál va descendiendo desde El Calar, para encontrarse con el río Guadalimar, nacido a su vez muy cerca, en el pico de la Sarga (1762m), en la sierra de Alcaraz, hermana de la sierra de Segura, Albacete.





miércoles, 18 de diciembre de 2013

Nocturna Calafell

 Cuando a uno le gusta la fotografía, cualquier momento es bueno para captar imágenes. En ocasiones, uno no puede recoger en la cámara, lo que sus ojos están viendo en ese momento, bien porque no la tienes a mano, bien porque en ese momento no puedes pararte, bien porque necesitas un ángulo imposible..., o bien, simplemente porque uno no es capaz de ajustar la cámara para inmortalizar en una foto, el motivo con la luz tal y como nuestros ojos lo ven. Es cierto que con el posterior procesado de la fotografía, se puede llegar a conseguir ajustar la luz; pero aquel momento ya pasó, no se volverá a repetir, y uno no sabe si en el ajuste, está dejando la fotografía con la luz que tenía la escena tal y como nuestros ojos la recogían en nuestra retina.
 Pero la cámara, lo que nos quita (muchas veces por no acertar en el ajuste) nos lo devuelve sobradamente recompensado, cuando recoge en una toma, una escena irreal, captando el viaje de segundos o minutos de la luz, en una sola instantánea. De forma maravillosa, comprobamos como después de cerrarse el diafragma, lo captado por el sensor es una escena imposible, maravillosamente proporcional, a la imaginación y pericia del fotógrafo. En mi caso, en plena adolescencia en el aprendizaje de la técnica fotográfica, el resultado conseguido, se puede valorar con estas muestras. Todo es mejorable.

Pero la fotografía, te puede sorprender aun más. A veces, la caprichosa luz, queda retratada en forma de destellos, de reflejos de luz que normalmente estropean la instantánea, obligándonos a realizar otra toma. Pero en ocasiones, la casualidad hace que queden captadas en nuestra fotografía, algunas luces..., un tanto extrañas. En la siguiente fotografía, se puede ver, sobre el mar, un haz de luz, un poco fuera de lugar. En el posterior tratamiento efectuado a la fotografía, se aprecia como aparecen otros haces de luz, más hacia el centro de la instantánea. Una explicación posible, sería que fuera el destello de luz dejado por un avión, apreciándose incluso el giro realizado, llegando desde la izquierda de la fotografía, y girando para volver. Desconozco si a las 23:22h de la noche, hay una ruta de aviones que vuelen en el horizonte de Calafell-Segur de Calafell. Seguramente. 
En la siguiente fotografía, son varios puntos de luz extraños, los que quedaron retratados. Como si de un grupo de platillos volantes alejándose se trataran. La explicación de estas anomalías, podría ser debida a reflejos de luz en el filtro del objetivo, eso es lo que creo por lo menos, pero no dejan de ser extraños los reflejos, ya que habitualmente, éstos son puntos borrosos. En este caso no es así, las formas extrañas de estas anomalías (un punto de luz, con un aro ovalado alrededor) invitan a la imaginación.


domingo, 19 de mayo de 2013

Riópar, Rincones

Un video realizado a partir de fotos (y algún video) tomados en los alrededores de la población de Riópar, Albacete, lugar donde nace el Mundo; el río Mundo.
En el video, he usado recortes de antiguos videos de mi familia, tomados en "Los Chorros"; nombre popular por el que se conoce al nacimiento del Río Mundo.